A partir del 2010 comenzaron a surgir múltiples rumores acerca de los problemas financieros de K-1 y su empresa matriz Fighting and Entertainment Group. En enero de 2011 Simon Rutz, propietario de la promoción de kickboxing holandesa It's Showtime, afirmó que algunos de los kickboxers bajo los derechos de It's Showtime no habían recibido el sueldo correspondiente a su participación en eventos organizados por K-1.
A principios de 2011 la organización anunció públicamente que se
enfrentaban a problemas financieros planteándose tomar algunos meses de
descanso para planear una reestructuración. Se llega a especular que los
problemas financieros son realmente graves y que el Fighting and Entertainment Group puede llegar a perder la propiedad de los derechos de K-1.
El 28 de julio de 2011 se anuncia que K-1 junto con la mayoría de sus
marcas aunque con las notables excepciones de K-1 MAX y K-1 Koshien es
vendida a la empresa de bienes raíces japonesa Barbizon Co. Ltd.
pero el 1 de febrero de 2012 se informa de que EMCOM Entertainment Inc.
compra los derechos de K-1 a Barbizon Co. Ltd. bajo dudosas
circunstancias.
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